viernes, 24 de diciembre de 2010

LA MUJER AJENA

Por: Víctor J. Rodríguez Calderón.

Somos dos extraños

habiéndonos amado tanto.

Te juro que esta ausencia

me ha hecho tanto daño

que ha sido como un soñar

después de todo lo soñado.

Yo seré para ti…

eso, eso, solo un recuerdo,

así como quien tiene un amor prohibido,

y luego jura nunca haberlo tenido.

Seguiré soñando mientras pasa la vida,

pero te juro, no se…no se como borrarte

mientras sueño. A veces pienso que solo…

solo…es un capricho, desacuerdo de lo soñado

y lo vivido, pero que en el fondo

tiene la muerte de un olvido.

Somos dos extraños,

quien lo diría, es una angustia que no cesa.

Que nos toca el alma y no nos la toca.

Beso tus labios en otra boca, no es amor,

es otra cosa, es la búsqueda de aquello que nos separa:

Tú, la mujer de ayer.

Yo, el hombre que tiene sueños con la mujer ajena.

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