viernes, 31 de diciembre de 2010

Confusión

Confusión

Porque ya no me acuerdo; creo que te olvide…
y sino quieres creerlo, no lo creas.
Pero déjame sentirlo hasta convencerme.
Déjame intentarlo, este olvido que no recuerdo,
tarda tanto, que no llega nunca.
¡Sabes! No recuerdo tus ojos negros,
no recuerdo tampoco tu risa, se me han olvidado
tus besos, se me borró tu cuerpo.
Si, ya te olvide. No se como pudo ser.
Pensé que eso nunca iba a suceder.
Sin embargo, ya lo ves, ha llegado el olvido y ha sido tan fácil,
que no tengo desesperación.
Pero, te confieso, sufro miedo, tengo insomnio, veo el amanecer virgen.
Tal vez tu no lo creas, pero llego la distancia, es como un viento que nos separa.
¡Que tragedia! Vivo tu ausencia, se me olvido todo, todo lo pasado.
aquello que un día fue para nosotros fue plenamente realidades.
Veo las cenizas grises. Dudo que tu andes con otro,
pero es verdad ya no me acuerdo; creo que te olvide sin darme cuenta
y si no quieres creerlo, no lo creas, cruzo las manos sobre mi pecho,
siento mi corazón, conversa conmigo, me dice: Amigo eso no es así,
eso es una rebeldía, quédate en silencio.
Primero aprende a sentirlo para que en verdad puedas decirlo.
Ya no me acuerdo, creo, creo que te olvide… no se como, tampoco ¿Por qué?
Víctor Julio Rodríguez Calderón

miércoles, 29 de diciembre de 2010

Fue y No Fue

Me pregunto- ¿Qué hubiese pasado si no nos hubiésemos conocido?
¡No nos hubiésemos hecho daño! ¿Verdad?
Pero, ocurrió y sin darnos cuenta fuimos el uno para el otro.
¿Dónde fue el daño? No sé, no sé, porque de ese amor no hicimos una aventura.
¡Fuimos dos, pero hicimos un solo amor! ¿Verdad?
En el tiempo y la distancia nos amamos tanto, que fuimos una sola alma.
Fuimos noche y día, fuimos tanto tiempo que llego el fin,
sin que nuestro amor se haya terminado.
Me pregunto- ¿Dónde estaríamos ahora si no nos hubiésemos conocido?
¡Quizás buscándonos! Tú, con otro. Yo, con otra.
Caminos distintos para no enamorarnos.
Recuerdo . . . Hace poco tiempo nos adorábamos como locos.
Te pertenecía, me pertenecías, cantábamos, teníamos una sola historia,
una sola cumbre que corríamos a coronarla.
De pronto nos hicimos extraños con la sed amarga donde no encontraríamos agua.
Todo fue inútil, nos hicimos caminantes de caminos muertos.
Bueno, vámonos como si no nos hubiésemos conocido antes,
vámonos lejos y empecemos de nuevo a buscarnos ¿Te parece

Víctor Julio Rodríguez Calderón

Escrito en Soledad



Escrito en Soledad

Escribo poemas y cada uno es borrador del otro, quizás por eso, nunca los termino, quizás por eso, a nadie les interesa. Me jacto de decir que soy poeta y digo lo que tengo que decir, pero el tiempo y el espacio me modifican y a lo largo de ellos me pierdo, como se pierde mi verbo.
Ahora quiero escribir, lo que no he escrito, pero mi dulce mal es que lo escribo para mi solo.
En mi soledad descubrí que solo me gusta escribir poesía para calmar las angustias y las felicidades de mi alma, busco cambios dentro de todos mis cambios, son como paños pálidos que limpian mis pensamientos, mis restos de un asilo oscuro y estrecho que en mi soledad son combate de tentación y deseo.
Yo amo la poesía…Amo lo que escribo, quizás…quizás porque la escribo para mi solo. ¡Triste voluntad rendida al dolor y la felicidad que solo recibo! Tiempo de desolaciones eternas que en mis palabras mi alma va mal vestida, porque si hablo de amor, nadie ve la llaga que esconde y si hablo de felicidad voy en un andar que no se hacia ¿Adonde?.
Camino hacia allá, donde terminan las fronteras de mis palabras, allá donde empiezan mis silencios. ¡Yo no invento!... ¡Siento!... Y escribe eso.
Víctor Julio Rodríguez Calderón

viernes, 24 de diciembre de 2010

Amigo


Por: Víctor J. Rodríguez Calderón.

Amigo tengo que hablarte de ella,

aún tengo adentro sus huellas.

Es mentira; No soy libre,

estoy encadenado a vivir su pasado.

No tengo fronteras, imposible echar al olvido su imagen.

Estoy condenado, vivo bajo su sombra,

A donde quiera que vaya, ella va conmigo,

ella es como el viento que acaricia montañas.

Mis labios secos piden sus besos,

Mi cuerpo pide el calor de su cuerpo.

Es la tortura de una herida abierta,

fue la pasajera de este amor amargo,

fue diferente a otras que yo he amado.

Fue la raíz de mi amor abierto,

aunque yo, para ella ya haya muerto.

LA MUJER AJENA

Por: Víctor J. Rodríguez Calderón.

Somos dos extraños

habiéndonos amado tanto.

Te juro que esta ausencia

me ha hecho tanto daño

que ha sido como un soñar

después de todo lo soñado.

Yo seré para ti…

eso, eso, solo un recuerdo,

así como quien tiene un amor prohibido,

y luego jura nunca haberlo tenido.

Seguiré soñando mientras pasa la vida,

pero te juro, no se…no se como borrarte

mientras sueño. A veces pienso que solo…

solo…es un capricho, desacuerdo de lo soñado

y lo vivido, pero que en el fondo

tiene la muerte de un olvido.

Somos dos extraños,

quien lo diría, es una angustia que no cesa.

Que nos toca el alma y no nos la toca.

Beso tus labios en otra boca, no es amor,

es otra cosa, es la búsqueda de aquello que nos separa:

Tú, la mujer de ayer.

Yo, el hombre que tiene sueños con la mujer ajena.

jueves, 23 de diciembre de 2010

SE DEJA DE AMAR


POR: Víctor J. Rodríguez Calderón


Se deja de amar sin saber porqué.

Se deja de amar porque se pensó y se olvido.

Es como un vendaval que llegó, arrasó y se fue,

es como tener sed, llegar a la orilla del rio y encontrar

la corriente seca, porque otros ya se la han bebido.

Se deja de amar sin saber porqué,

es como aquello cuando se lee un libro

y luego no recordar lo leído,

como el ciego que levanta la mano diciendo adiós

y no ve a quien.

Es como andar, ver la sombra que queda atrás

y que no puede volver.

Es quitarse la sortija del dedo, jurar,

para nunca más volvérsela a poner.

Se deja de amar, porque se rompe el amor.