miércoles, 6 de enero de 2010

EL BARCO DE MI VIDA


Por: Víctor J. Rodríguez Calderón



El barco de mi vida se abre paso en el inmenso mar y a cada costado su proa desgarra la tremenda fuerza del agua que ataca, entonces me siento como el capitán que vence lo imposible. ¡Hasta la muerte!

Los barbaros relámpagos alumbran mi rostro, la intensa lluvia azota mi cuerpo, me salen alas blancas para emprender el vuelo, pero no lo hago, giro la nave de mi vida en torno de mi destino y me aferro con valentía a la gran travesía, es mi odisea, ya nunca quiero perder mi condición navegantica.

Me atacan los enigmas, transpongo las limitaciones, rompo las restricciones corporales y psíquicas, las disgrego y las disperso en esas peligrosas aguas, trabajo con proeza y las llevo a las realidades y aunque parezca raro y nadie pueda explicárselo, yo vivo y continuo hacia delante en las señales del viento, porque esa es la voz de Dios que me guía, que me impregna y que me eleva como un huracán tan escondido y recatado que nadie lo ve ni lo siente.

Así, es esta historia de aguas enfurecidas, aguas imposibles, vencidas por el barco de mi vida, recobro las visiones de la imaginación, y navego desbordante como el propio capitán de mi nave que respetablemente viaja hacia la inmortalidad.

¿Y qué es el tiempo?

Por: Vìctor J. Rodríguez Calderón

Introducción


Recuerda esto siempre amigos y amigas.
Una y la misma cosa es:
AÑO VIEJO, AÑO NUEVO.
El tiempo no muere.
Solo se hace anciano y regresa a ser joven
y eso es culpa de los hombres,
que les dio por ponerles edades.

Contenido



Tras la angustia de la muerte por los tiempos
los hombres en su alma caminan hacia un horizonte de arena.
Asustados y vencidos, retroceden para olvidar la invasión de lo días pálidos de misterio.
Entonces estiran las voluntades que no tuvieron
y hacen huidas con una gran fiesta para olvidar
la verdad de la vida.
Descubren que viene un tiempo nuevo
y arrancan de nuevo con el regreso.
Es ese tiempo puerto que vuelve a ser esperanza
del naufrago que busca salvación.
Porque cada año el hombre lo carga con signos
anunciadores, con cifras que se renuevan
periódicamente y que al final vuelven a ser
polvo y ceniza, mutación de oscuro y claro.



Conclusión



Danza y canto de ciclos repetitivos.

martes, 5 de enero de 2010

JUEGO ABSURDO Y CAOTICO


Por: Víctor J. Rodríguez Calderón



Nada se del poema, pero si es como una estatua en mi sueño.
¡Inusitado! ¡Maravilloso! Siento mi ilusión de poeta.
Ahora tengo la locura que en aquel tiempo le temía.
I

Estoy cautivo, pero quiero viajar como el viento.
Tengo mis oscuros demonios
que de rodillas se hacen celestiales,
es una batalla eterna
que prescinde de los visibles clarines,
de los grandes ejércitos, para maldecir
a el tirano, que me quiere encarcelar mis ideas.
II

¡Al fin! Mis letras se detuvieron a ser ángel,
¡sea! Delirio o locura, objetivo inquisidor,
desdeñado en sabiduría, me siento
como si fuese humilde pensador.
III
¡Despierto! ¡Sueño!
Obstinado y agotado:
¡ViVO!
Inflexible: ¡MUERO!
IV
De entre el sonido de la brisa,
vino el ayer y el hoy.
Recorrí todo el pasado,
quede atrapado
en un callejón sin salida.
Sentí todo el miedo.
Vi a Dios sin parecido,
fue una pasión en movimiento
que tenia furia y bandera,
era el amor sin un tiempo,
yo le pedí que no me diera
la pena de su olvido.
V
Tuvo un color mi drama,
había torres de sangre abiertas,
fue en azul que vi todo:
Horizontes sin raíces,
todas las ciudades muertas,
colgaban lenguas de vientos,
también eran azules en la distancia.
Charcos de sangre,
siniestro olor a pólvora luciferina.
Demonios oscuros en azul,
Amarillentos se quemaban.
Era mi Colombia que lloraba
y en una linda procesión
llevaba su victoriosa trompeta
de paz y de salvación.

domingo, 3 de enero de 2010

EL SUEÑO CON LA LUNA


Por: Víctor J. Rodríguez Calderón

Soñé que la luna se desangraba

y que la noche oscura quedaba .

Vi un infinito negro, purificación del caos,

que en la fugacidad, en el desensueño efímero,

en el vértigo meditaturbio se desmesuraba

en la putrefacción del divino éter.

Sentí un viento que me arrancaba el alma,

fue como una caricia tatuada

que todo mi cuerpo desgarraba,

abundante en persuasión de los días ocultos,

quemados, era como una nada

confundida en remolinos

de figuras perturbadas.

Fue una oscuridad terrible,

salida de un imposible, insondable,

extraordinario escondite, para mostrarme a mí,

su torrencial poder ,su enorme y temible secreto .


EL SECRETO


Por: Víctor J. Rodríguez Calderón


Cuando muera me levantaré desnudo

para conocer de verdad la vida.

Iré hacia allá, regresaré hacia acá

y luego me elevaré

impetuoso y sin obstáculos

para conversar con Dios.

Y al encontrarlo

le diré el secreto

de mi muerte:

La cual me llegó, cuando busque

en mi corazón ser PERPETUO.


sábado, 2 de enero de 2010

EL CANTICO DEL TIEMPO VIEJO


Por: Víctor J. Rodríguez Calderón


Llegué a otro tiempo nuevo. ¡QUIEN LO DIRIA!

Soy como el árbol que muere de pie, lo que si se es que nadie me esperaba, pero yo ya había estado allí, lo reconocía, conservaba aún ese recuerdo, quizás lo que tengo que hacer es nueva historia. Sabia que era la misma temporada, el mismo infierno…

…Y es que el tiempo de los hombres aunque muera, la vida denuncia continuación, aunque derrame sangre, dolor, el cantico es eterno de felicidad. El tiempo, para mi como para la mentalidad mítica, como también para la ciencia contemporánea, no es homogéneo, ni continuo; está el de la duración ordinaria donde se inscriben los momentos carentes de significación excepcional, pero existe también un tiempo fuerte, sagrado, el de los momentos primordiales de comunicación con aquellas fuerzas sagradas y supremas. Tengo un tiempo histórico , prospectivo, sucesivo, irreversible y el tiempo de todos, mítico, circular, reversible, recuperable, al cual se accede a través del rito año por año, el que se convierte en fiesta, ese que es eterno y presente del mundo, pero que a la vez mantiene la solidaridad cósmica, el de los meses amargos, infinitos, rojos, o verdes, los que nos permiten el aleteo inmenso de los conflictos mundiales, el de los engaños, aquel que se incorpora dentro de un anillo de esperanzas y a la vez mentiras, ese que el ciclo de muchas vidas repite periódicamente la cosmogonía y el diluvio, ese en el que se cree que regresa la creación del mundo y su regresión a una modalidad caótica. Yo encuentro a los hombres y a nuestro mundo, en ese sentido, vacío de sentido, por que el tiempo tiene el mismo cantico cada año, ni siquiera actualiza los orígenes del perpetuo retorno.

Bueno se fue el viejo, ya murió, lo enterraron con fiestas de galope muerto, donde se cruzan las campanadas con alas de tiempo nuevo.

Ojala que germine la paz la justicia, el trabajo, el estudio, la salud para todos, y se extirpe el odio, el egoísmo, internacional y nacional. Yo Salí por esa puerta y por la misma vuelvo a entrar. ¡FELICIDADES A TODOS!