lunes, 28 de febrero de 2011

¡Que importa!

¡Que importa! 


Que importa que me quede,
que importe que me marche.
Lo cierto es que el amor se muere,
lo cierto es que se deja de querer,
y uno no sabe porque
se deja de querer. 

Solo quedan grietas en el alma
y todo se convierte en un peligroso arenal
con ventisqueros inmensos en el desierto. 

Pero la soledad es el peor castigo
que nos deja el amor,
todos los días se hacen tristes,
todas las noches son despiertas,
y aunque uno no quiere mirar
las nubes grises del recuerdo,
el tiempo está ahí, tétrico, muy dentro del alma. 

El corazón pide amor,
pide un poco de sol,
pide amores nuevos,
pero no me engaño,
el amor que se murió, no se seca. 

Uno se vuelve mendigo de los recuerdos
y el viento siempre sopla
tratando de arrastrarse los recuerdos,
tratando de llevarse todo al olvido. 

Uno da a guardar sus sueños en la caja de su alma,
pero estos se pierden,
Todo, todo se vuelve triste,
tan triste que todo se hace cierto
y los recuerdos se convierten
en odios, rencor y hasta venganzas
y entonces para uno sentirse mejor; grita:
¡Ese amor no valía la pena! ¡No valía la pena!
Luego todos los amores son lo mismo
y ahí es cuando uno queda seco, sin alma.
Víctor Julio Rodríguez Calderón.

domingo, 27 de febrero de 2011

Amar así

Amar así



No tiene ventana mi dolor,
pero por sus rendijas
entra un amor lloviznado,
se mojan las tardes,
todo se llena de viento,
siento una sed insatisfecha
porque ha sido poquita,
poquita mi vida para amarte.

cuando se quiere así,
como te quiero y tu solo eres
un claro oscuro de patios y zaguanes,
no queda más que suspirar en la lluvia
como si siempre toda la vida
fuese una tarde vacía.
a veces en mi dolor discuto con dios
y entiendo que todo amor tiene su fin.

pero, el mío no, él es
como un agua que corre,
es como el mar, que en la distancia,
uno jura que se une con el cielo.
es mi culpa amar así
y el amar así solo causa dolores.
Víctor Julio Rodríguez Calderón

sábado, 26 de febrero de 2011

¡Adiós, Pues!

 ¡Adiós, Pues!

 
¡Vete pronto! ¡Vete pronto!
¡Ah! ¿Que llueve? ¡Uumm!
Demora entonces tu partida,
espera que la lluvia cese. 


Bueno, ya que te quedas unos minutos,
no te parece ¿si hablamos? 


¿Porqué no? te escucho. 


Oye, ¿que cosas no? ¿verdad?
nuestro amor fue tan poca cosa. 


¡Callate! ¡Callate!
No, no quiero escuchar. 


Claro, ¡la aculpa fue tuya!


¿Dices que te hice daño? 


Sí, recuerda aquellos días, meses, años.
tú los botastes por la borda. 


¡Vamos mirame de frente!
son tus modos, tus formas de pensar. 


¡Es cierto! ¡Muy cierto!
pero el olvido llegará pronto,
ya todo ha terminado. 


¡Creo! ¡Creo!
que tu y yo
solo fuimos un par de tontos,
¿No te parece? 


Bueno, si tu lo dices...
por eso, ¡No debemos sufrir!
es lo mas justo ¡Para los dos! 


¿Tontos? ¿De que sirve gritar ahora?
Toma tu café. ¡Cuidado! Está caliente.


¡Mira! ahora nos viene el olvido a los dos,
tu no recordaras el pasado, ni yo tampoco. 


¿Aaahh, si! cada uno será la sombra del otro
¡no crees! 


Dime y si vuelven a encontrarse. 
No, no borrame. ¡Busco otros tiempos! 


Oye, mira, ya escampó. 


Si, si me marcho. 


¡Adios, pues! ¡Que te vaya bien!
Se que marchas ¿Amandome!
Víctor Julio Rodríguez Calderón

viernes, 25 de febrero de 2011

La Voz del Viento

La Voz del Viento


El fuerte viento azota mi cuerpo
su bramido es monstruoso.
Mis ojos luchan por no cerrarse.
Alejado y solitario me sigue una voz
que me va desvaneciendo.
Olvido todo lo que está en mi conciencia.
Me siento hueco, derrotado, inútil,
de momento intento buscar mi resultado,
escarbo mi mente que quiere huir de mi cabeza,
comprendo mi razón para encontrarme de esta manera.

Debo aprender a vivir sólo,
lo tuve todo, exitos, aplausos,
canciones y poemas, pero quede atado
al ogullo, al triunfo.
Ahora me enrede en la amarga soledad
y la voz del viento se hace mas rumoroso.

Debo aprender que soy solo,
y que solo debo vivir.
¡Soy libre! ¡Libre!
debo seguir mi significado,
un fin mucho, mucho mal alto,
para que me vuelva a la vida,
sin mas tortura, sin mas aventura.
Víctor Julio Rodríguez Calderón

jueves, 24 de febrero de 2011

Te Amo, Te Amo, Te Amo.

Te Amo, Te Amo, Te Amo.


Te Amo,Te Amo,Te Amo.
Cuando te amo así, como te amo
me embriago de amor y veo como el sol brilla.
Quiero verte desnuda, asi como se desnuda la rosa,
cuando la hiere el viento para llevarla
al santo altar del inmenso cielo.

Te Amo,Te Amo,Te Amo.
Cuando te amo así, como te amo,
estoy todo en ti porque lo siento,
es como una llama que tiene un alucinante brillo.

Te Amo,Te Amo,Te Amo.
Cuando te amo así, como te amo,
voy sin rumbo, no tengo distancia,
no pregunto, no hay abismo fatal que me divida
solo quiero embriagarme con tu amor y tu fragancia.

Víctor Julio Rodríguez Calderón

martes, 22 de febrero de 2011

La Tristeza de la Noche Sola

  La Tristeza de la Noche Sola

Con mis sentimientos toqué tu corazón. 
Yo ahogaba mi amor inadvertido, éramos como un río.
Yo tocaba las orillas de la noche, tu buscabas lo más hondo.
La tristeza de la noche sola, no fue de amor, fue una noche vacía.
Ya mi amor no la llama, porque ella es el amor que pasa.
Los dos estuvimos en la tristeza de la noche sola,
fuimos dos mirando una sola estrella.
Soñando el sueño de un amor en vano.
Los dos con nuestros propios brazos
nos envolvimos en un solo cuerpo.
Fue una noche ajena, no nos dimos cuenta,
pasamos las horas siendo locos,
pensando en un amor que vuelva, porque fue un amor de noche,
sin amanecer, sin destino propio.
Fue una noche de estrella movedizas, noche de extraños
que vivieron en una noche un amor de solo un instante.
Fue la tristeza de la noche sola.
Víctor Julio Rodríguez Calderón

miércoles, 9 de febrero de 2011

Y…Se Marcho en un Para Siempre


Y…Se Marcho en un Para Siempre 

 Esa mujer fue el alma de mis viejos cantos,
se quito la venda y se fue llorando,
pidiendo que nadie se quedará hablando.
Cuando partió, toda mi sed se volvió amarga.
Yo miraba el camino y me pareció imposible,
pero, aún sin creerlo, la vi partir, ocultarse,
así como se desbanden las estrellas
en una noche de muchas distancias.
Eso sí, cuando ella se fue…
pactamos la renuncia,
para nunca más encontrarnos:
aunque los caminos de los regresos
se mantuvieran frescos.
Ella renunció a mí y lo mismo hice yo,
fue solo un instante, todo se acabó.
No tuve palabra para quedarme
con un pedazo de nuestros recuerdos.
Ella se fue…se llevo todo, alma vida y corazón.
Quedé solo, quise ser mi propio dueño.
Pero, su partida fue la renuncia
para no regresar nunca.
Ahora quede solo con mis viejos cantos.
No hubo adioses, ni tampoco besos,
nos quedamos con el te muero
de un adiós para siempre.
Víctor Julio Rodríguez Calderón

domingo, 2 de enero de 2011

Amiga

Amiga
Amiga: “Me gustas mucho”
¿Cómo dices?
Simplemente eso… lo que oístes.
Amigo: Ya no tienes ternura, se te ve el alma seca, te veo recordando el viejo camino y así, amigo, no hay como quererte.
Amiga: Escucha mis virtudes, mi corazón aún siente.
Tus palabras son tristes, están untadas más allá del mañana, más allá del ayer.
Entiendo, las digo con muchos recuerdos.
Si, si y se escuchan de las tantas veces que las has dicho.
¿Sabes amigo? “Me gustan mucho”… y escucha… yo también ame como tú, por eso mi corazón se encuentra un poco asustado.
Entonces, ¡amiga se parecen nuestros destinos!
Bueno, lo que pasa es que tú eres marino con el barco destrozado, por eso apenas tenemos un instante solo para decirnos adiós. Porque la verdad amigo, nunca podremos ni siquiera ser amigos, siendo iguales, ¡Somos distintos! ¡Distintos!

Víctor Julio Rodríguez Calderón