lunes, 28 de diciembre de 2009

MIS SIETE CASAS (VII)



Por: Víctor J. Rodríguez Calderón


MI SEPTIMA CASA

CASA DE DE GUERRA

Era mi casa negra de turbulencias, con columnas de perturbaciones, paredes de pólvora, pisos de colores incoherentes, techos con rupturas doctrinales, su fachada olía a veneno de bomba.

Llegó un día el señor de la guerra y le quise hablar de la explotación del hombre por el hombre, se enfureció y se volvió un Caín, todo adentro fue un solo charco de sangre mezclado en un solo crimen.

Fue entonces cuando en aquella casa de guerra entendí, que la guerra y el odio son las fuentes del pesimismo histórico y que sus almacenes de cenizas degradan por igual al justo y a su adversario y son ellos los que provocan una aparente parálisis del movimiento de la historia.

¡TODOS PERDIMOS LA BATALLA!

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