
Por: Víctor J. Rodríguez Calderón
MI QUINTA CASA
CASA DE AGUA
Tenía mi casa de agua en medio del desmoramiento que acostumbran hacer mis delirios.
Veo los hilos claros enredados en la gran boca que ha perdido el habla.
Mi conciencia tiene la inmovilidad del instante aislado a pesar que mi casa de agua es pasado y futuro en semirrectas de porvenir.
La saturación del menoscabo culmina por fin en la plenitud de la nada, del no más, del punto puro. Así, es mi casa de agua, como la gran cascada que se desprende de la cima estrellándose entre sus brazos para luego ir en busca de su mar.
CASA DE AGUA
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