sábado, 24 de mayo de 2008

¿A dónde viajan los muertos? (Narrativa)



QUINCENARIO N°73 20 de octubre 2007


ENcontraARTE


Víctor J. Rodríguez Calderón

Se oyen decires de que el hombre no se muere, si no que es un sueño que se ordena en su memoria para invadir la eternidad desconocida. Se habla de cielo e infierno y que llegan hasta la orilla de todo lo oscuro y que precisamente en uno de ellos se despiertan del sueño de la vida, los hombres.
Alguien dijo que entre todas las muertes, hay una muerte máxima y es máxima también entre los hombres, no es por traza ni menos por pensamiento a los mortales semejante y no es que ella desee lo imposible, ni que ande precipitadamente, ella solo obedece las leyes, pues en verdad que ella no hace ninguna cosa por tanteos, sino que todo lo hace de razón y necesidad. Eso sí, también alguien dijo que entre cielo e infierno, que en cualquiera de esos dos, la obligación tiene que ser la de levantar un mundo y que los dos muy parecidos al del planeta GEO, es decir entre ruinas y escombros, odios y amores hay que jugar con el papel limpio frente a la luz de los tiempos.
Aseguran los sabios, los antiguos y los modernos, que allí, la vigilia se sueña y existen íngrimas soledades y la palabra es como una gruta de espacio y tiempo donde el verbo que lleva es como laberinto desenterrando recuerdos. No son fantasmas como los llaman los que sufren de insomnio, son espíritus que cruzan como átomos las tinieblas y son como un collar blanco de perlas, porque se cuelgan de todos los seres, por eso no son sino diversificaciones de uno y el mismo y que todos son ese uno y el mismo. Y que todo sea así es por el misterio que envuelve a GEO.
Eso si, también dicen que allá la naturaleza es virgen de toda impureza humana, que no hay resurrección y que el paraíso prometido es un mito que se creo en GEO, (made in vivos) pues en la realidad no pasa de ser una abstracción idealista invocada para favorecer el enceguecido poder del hombre por el hombre. ¿A dónde viajan los muertos? Un muerto viaja sin querer a un exilio de él mismo, porque huye de los vivos y va con la muerte a realidades distintas que dan vueltas, buscando la redondez de la esfera a sabiendas de que no podrá reducirla, porque ese mundo que construyen los muertos es de sueños que no tiene respuestas y eso es como es, porque no pudieron oír ni contener su original pregunta.
El paralelismo entre la vida y la muerte solo se mide desde todo un principio y todo un fin para hacer todo un equilibrio, los vivos lo tienen como una angustia sombría, entre el temor y el miedo, es la pena que siendo real nadie la quiere aceptar. De ahí que los muertos aseguran, que todos los muertos de este planeta, son así no se quiera entender, incansablemente el mismo cadáver. Lamentablemente la muerte pertenece al orden estéril de la repetición y aunque los mortales lo veamos como una mala continuidad, debemos saber que los muertos viajan a un movimiento que creemos futuro.Por eso la verdad de la muerte está muerta, pero debemos definirla de algún modo, de alguna forma y conocer su papel y saber que es pasivamente padecida y alienante dentro del acto de la misma vida.
En el inmenso universo se produce todo y la muerte también está en todo, eso sin decir que el hombre se ha metido en medio de sus cejas el odio, la venganza y la avaricia, para hacer de la muerte el movimiento horroroso y cruel que muchas veces adelanta para él reemplazarla
.Ahora ya quedamos claros y sabemos a donde viajan los muertos, sentimos esa distancia desconocida y la sellamos en la última puerta de la vida, algo queda de cierto, ella es única y es vencedora de sus innumerables enemigos, ella es quien le pone nombre a los muertos, los hace eternos y les enseña la palabra perpetua para que respiren el aire y sientan como es que son almas y etéreos de espíritu. Así lo he puesto de manifiesto en este escrito.


vrodriguez297@hotmail.com

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