jueves, 30 de octubre de 2008

El barco de mi vida


El barco de mi vida se abre paso en el inmenso mar y a cada costado su proa desgarra la tremenda fuerza del agua que la ataca, entonces me siento como el capitán que vence lo imposible, ¡hasta la muerte!

Los bárbaros relámpagos alumbran mi rostro y la lluvia azota con ira mi cuerpo, me salen alas blancas para emprender el vuelo, pero a la vez siento rebeldía para hacerlo.

Giro con la nave de mi vida en torno a mi destino y me aferro con valentía a la gran travesía, el horizonte me llama, no puedo perder mi condición de capitán marino desconocido.

Me atacan los enigmas, pero con ellos también lucho y con proeza los llevo a las realidades y aunque parezca raro y nadie pueda explicármelo, yo vivo y continuo hacia delante con las señales de ese mismo desatado viento, porque esa es la voz de Dios que seguramente me guía, me impregna y me eleva como un huracán tan escondido y recatado que nadie lo ve ni lo siente.

Es la leyenda de mi barco frente a la vida enfurecida. Son mis sesenta y seis años que respetablemente viajan a la inmortalidad, pero ahora con más vigor y vida.

Víctor.

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