lunes, 21 de octubre de 2013

Carta a Luziana

 
Carta a Luziana
Querida Luziana:
¿Sabes? No tolero que caigas en habladurías que a mí no trastornan mi sueño. Sí, soy un hombre divorciado, pero nunca fracasado. Es verdad, tengo diez hijos que adoro con toda alma.
¿Qué clase de mujer eres? Acaso una más del montón. Me hablas de tu orgullo eufóricamente; orgullo que no encuentro en ti. Voy a sentarme para creerlo, lo que sí puedo sentir es que parece que las desgracias te acompañan. ¿Soy una de ellas?
Hoy, después que hablamos me alegré mucho de ser su amante, creí que tenía el cielo en mis manos. Gracias por condenarme, si cree usted que así hace justicia, arme su tribunal seré su reo o su víctima. Considéreme su amor, usted tiene mi corazón, eso lo sabe, pero eso no la obliga a que se amarré a mí. Acá estoy esperándola, no sé de dónde sacó lo de la otra mujer que tengo aquí; Bien sabe que no hay otra que pueda deleitarme y darme la miel de la felicidad.
Dispensa mi terquedad.
Tú poeta. 
Victor Julio Rodriguez Calderon

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